MATRIMONIO

Gozando la vivencia tan enaltecida de un buen recuerdo y con todos los ánimos para emprender una nueva travesía en la que dispongo compartir mi vida con otra mujer.. Sólo las ganas de vivir y el deseo de formar una familia bastan para amalgamar el porvenir al capricho de la joven mujer que aquella noche de agosto me acompañaba, sirviendo la comida con el temblor mero de una primeriza y los nervios a flor de piel por complacer el machista deseo del comensal sentado a la mesa.
Mas he comprendido que a sus veinte años el miedo de "amarrar" su vida no la dejan caminar y el temor de equivocarse en escoger al ser amado. Como todos hemos ya pasado por esos momentos, comprendo sus temores y deja ver sus vacíos. Tomo su mano y le digo que no hay prisa (porque sí la hay, he pasado de veinticinco y mi cuerpo comienza a pasar factura de los abusos del trabajo y el estudio).. Que podemos esperar!
Ahora sin alas.. ya no puedo volar

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